EL ENCANTADOR INSTINTO DEL SOMETIMIENTO
Sostener un vínculo sano con la pareja no es tarea
sencilla. Muchas mujeres, en busca de este
objetivo, dan "todo" por la pareja, descuidando
sus propias necesidades individuales. Así, pierden
autenticidad incluso con ellas mismas,
desencadenándose una serie de anomalías en su
personalidad que podrían ser evitadas.
"¿Por qué cuando estoy en pareja sacrifico mi
individualidad?".
"Me va bien en el trabajo, pero cuando estoy en
pareja me vuelvo complaciente, no puedo poner
límites y me pierdo a mí misma en la relación".
"Luché mucho por conseguir mi independencia
económica, pero al estar en pareja no puedo
dejar de poner las necesidades de mi pareja en
primer lugar y resigno lo que yo necesito".
"Pongo tanto esfuerzo en hacer funcionar la
relación de pareja que me quedo sin energías y,
sin embargo, la relación sigue trabada".
Testimonios como estos constituyen unos de los
motivos de consulta en psicoterapia por parte de
muchas mujeres que, queriendo estar en pareja, no
saben cómo amarlo a él sin perderse a si mismas.
Independientemente de la edad, profesión y los
logros obtenidos en lo laboral, estas mujeres
perciben que en el momento de relacionarse con un
hombre, empiezan a relegar parte de su vida
(social, tiempo para disfrutar a solas, creencias,
valores, etc.). Llega un momento en que sienten
que se han "mezclado" tanto con sus parejas que,
al terminar la relación, tienen la sensación de
que han perdido gran parte de sus apoyos
individuales y se encuentran con una sensación de
vacío, tristeza, confusión y frustración.
Salvando las diferencias que caracterizan a cada
mujer, hay algunas características comunes a todas
ellas:
Pasan gran cantidad de tiempo fantaseando con él
o con la relación.
Tienden a cuestionar o desvalorizar sus propios
sentimientos, opiniones, creencias si estos no
coinciden con los de él.
Se sienten deprimidas o ansiosas cuando no
pueden estar con su pareja.
Hacen cualquier cosa para que la relación
funcione, hasta están dispuestas a cambiarse a
sí mismas para complacer a la pareja (aspecto
físico, estilo de ropa, alguna conducta en
particular, etc.)
Se sienten emocionalmente agotadas cuando una
relación termina.
Optan o fantasean con quedarse sin pareja
durante un largo período de tiempo para no
volver a recaer en estas conductas.
Y acá no es tan importante la clase de hombre con
el que la mujer se ha relacionado, ni lo linda,
capaz, inteligente que es la mujer. Ella tiene un
problema: no puede ser ella misma cuando está en
pareja. Tiene la sensación de que ser ella misma y
estar en pareja son objetivos excluyentes entre
sí.
Ante esta situación, algunas mujeres quedan con
miedo a formar pareja y prefieren quedarse solas.
Otras, intentan la pareja una y otra vez,
esperando que el próximo intento resulte mejor que
el anterior. Existe también un grupo de mujeres
que están en pareja estable y que, tanto han
tapado sus necesidades personales, que sienten que
es muy difícil cambiar o distanciarse de la
relación aunque se sienten desdichadas.
Las raíces del problema
Están en la infancia. Por lo general, la mujer con
este trastorno, proviene de una familia
disfuncional, donde la niña aprendió a renegar de
sus propias percepciones; a no confiar en sí
misma; necesitar mostrar una imagen de "que todo
está bien" en la familia, guardando algún secreto
sobre algo malo que ocurre en el seno de ésta;
negligencia o abandono de uno de los padres o
ambos; existencia de conductas compulsivas:
drogas, alcohol, gasto o juego compulsivo,
obsesión con la sexualidad, celos desmedidos,
etc.; que uno de los padres tomen a la niña por
confidente, cargándola con sus problemas o
infidelidades, provocando sentimientos de
vergüenza y pérdida de la autoestima; haber sido
sobreprotegida o controlada por un adulto posesivo
que no permitió a la niña desarrollar su
individualidad. pertenecer a una familia con
creencias e ideas extremas sobre la sexualidad, ya
sea prohibiendo o falta de límites, etc.
¿Qué se puede hacer?
Si bien estas conductas pueden cambiarse en una
terapia que apunte a ayudar a la paciente a
mantener su identidad o a recuperarla, cuatro
pasos son fundamentales y hay que considerar:
Aprender a tomarse el tiempo necesario para
conocer a un hombre antes de plantear un
compromiso. No se puede amar lo que no se conoce
bien.
Ser auténtica y no engañarse a una misma. Todos
tienen aspectos positivos que quieren mostrar,
pero muchas mujeres crecieron con la idea de que
ser extremadamente complacientes, decir a todo
que sí y anular su propia identidad, es la mejor
manera de relacionarse. Sin embargo la excesiva
dependencia genera rabia y tarde o temprano
habrá peleas en la relación. El hecho de decir
la verdad, lo que gusta y lo que no, lo que se
espera de una relación, sin fingir, prepara el
camino para ser aceptado tal como se es.
Tener vida propia. Amigos, intereses, espacios
para disfrutar, tiempo para el cuidado
personal... Muchas mujeres sienten que ocuparse
de sí mismas es sinónimo de ser "malas" o
egoístas. Ser compañeras del varón es sano y
positivo; anularse a sí mismas, es algo muy
diferente.
Vivir en el presente y la realidad. Una de las
grandes dificultades para estar bien en pareja
se debe a que las personas quedaron estancadas
en el pasado, idealizando un viejo amor o
repitiendo en la pareja conductas negativas
aprendidas en la infancia. La fantasía es una
forma de huir de la realidad, de tapar el dolor
y obtener alivio, pero tiene un alto coste
emocional.
Estos son sólo algunos de los objetivos a lograr.
Cada mujer debe transitarlos a su manera y con su
propio tiempo. El camino hacia el auto
conocimiento y hacia el cambio puede ser muy
placentero porque significa llenar un vacío y
alcanzar el bienestar en la pareja que nos es tan
necesario.
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